Cuando todos apostamos al camino más corto y más rápido nos estamos perdiendo la posibilidad de conectar con la verdadera ciudad, la gente. Hay que romper el peligro del ‘camino único’ no sólo en nuestros calles, sino en nuestras vidas, puede haber otras metas, otros objetivos en tu vida, y no son los que aparecen en la TV.